jueves, 10 de enero de 2013

Transcripción de las declaraciones de Boix en los juicios de Núremberg


Tras la salida de los campos de concentración y su llegada a París, Boix da a conocer las fotos del campo de Mauthausen en la revista cercana al Partido Comunista “Ce Soir”,  la cual dedica un número especial a las fotografías. La revista “Regards” también publica en 1945 un reportaje sobre el campo de concentración, en la cual la foto de portada era una de los presos españoles trabajando. En 1945 fue publicado también el libro Mauthausen, de Paul Tillard, en que no se hace especial referencia a Boix a pesar de que en él se muestran algunas de sus fotografías.
Fuera de Francia, se publicó un libro por la dirección del Partido Comunista checo que contenía numerosas imágenes de Boix, al que tampoco se le hace referencia a pesar de que él mismo se las proporciono a los editores.
Esta notoriedad mediática hace las autoridades francesas consideren que Boix puede ser un testigo de gran interés para los juicios de crímenes de guerra que se estaban preparando.
El proceso de Nuremberg fue quizá el juicio que más expectación mundial despertó, ya que trataba a la cúpula dirigente.
A continuación exponemos algunas de las declaraciones de Boix durante las sesiones del juicio de Nuremberg.


BOIX: Esto es una mascarada hecha con un austriaco que se había evadido. Era carpintero en el garaje; pusieron una caja en la que pudo meterse y así salir del campo. Pero al cabo de un tiempo fue capturado. Lo han puesto en la carretera que servía para transportar cada día a los muertos al crematorio; había unos carteles en alemán que decían “Alle Vögel sind schon da”, “todos los pájaros están de vuelta”. Fue condenado, paseado delante de diez mil deportados; había una orquesta de gitanos que, durante todo ese tiempo, tocaba aires de Játtendrai. Cuando fue colgado, se balanceaba a causa del viento que hacía y tocaban una música muy conocida que se llama Bill Black Polka.
DUBOST: La siguiente.
BOIX: Esto es la mascarada. A izquierda y derecha se ve a todos los deportados en fila. Los que están a la izquierda son los españoles, más bajos. El que va delante, con el sombrero, es un criminal de Berlín llamado Schultz, al que empleaban para estas mascaradas. Al fondo se ve al hombre que va a ser colgado.

BOIX: Este hombre, prisionero de guerra ruso, ha recibido una bala en la cabeza. Lo levantaron para hacer creer que era un suicidio y que quería lanzarse encima de la alambrada.

BOIX: Esta otra foro representa los judíos holandeses. Es la barraca cinco, llamada de cuarentena. Los judíos eran obligados, el mismo día de su llegada, a lanzarse a las alambradas, porque se daban cuenta de que para ellos no había ninguna esperanza de salvarse.

DUBOST: ¿Qué es esta foto?
BOIX: Es un judío cuya nacionalidad ignoro. Lo metieron en un tonel lleno de agua hasta que no pudo más. Lo molieron a palos y le dieron diez minutos para colgarse. Usó su propio cinturón para hacerlo; de otro modo sabía lo que le podía esperar.

BOIX: […] tan pronto como los priosioneros de guerra rusos entraron en el campo vimos que estaban muy debilitados, ya no podían ni siquiera oír. Eran despojos humanos. En ese momento los ubicaron en barracas, a razón de 1.600 por barraca. Cabe destacar que se trataba de barracas de siete metros de ancho por cincuenta metros de largo. Carecían de ropa, de la poca ropa que tenían consigo, sólo pudieron conservar un calzón y una camisa. Hay que subrayar que era el mes de noviembre. En Mauthausen hacía más de diez grados bajo cero.
En el momento de su llegada ya hubo 24 muertos, solamente durante la subida de cuatro kilómetros que separa la estación del campo de Mauthausen. Al principio siguieron con ellos el mismo sistema que con los republicanos españoles; nos dejaron primero sin hacer nada, sin trabajar. Los dejaron tranquilos, pero casi sin nada que comer. Al cabo de algunas semanas ya estaban al final de sus fuerzas. Entonces comenzó con ellos el sistema de exterminio. Se les hacía trabajar en condiciones espantosas, aporreados, pegados, vejados; y al cabo de tres meses, de 7.000 prisioneros de guerra rusos venidos de todas partes no quedaban más de 30 supervivientes. Estos 30 supervivientes fueron fotografiados por Paul Ricken para un documento, y yo soy quien tiene estas fotos, para poder enseñarlas si los señores magistrados lo desean.




1 comentario:

  1. Hola, estoy buscando cualquier información tomada con poco español Francisco Boix en Mauthausen y también en Praga. Michael Rund Museo Sokolov

    ResponderEliminar