lunes, 21 de enero de 2013

La herencia dejada por Boix

Sin estos documentos gráficos, libros como "El diario de Ana Frank o "Archipiélago Gulag" de  Aleksandr Solzhenitsyn (sobre los campos de trabajo de siberia), así como otros autores que han sacado a la luz las atrocidades cometidas contra pueblos enteros , no tendrían sentido una vez que sus testimonios mueran, pues la imagen es la prueba mas difícil de rebatir.

 Las imágenes que Boix salvo de Mauthausen, así como otros archivos gráficos procedentes de otros campos, han hecho posible que nadie pueda negar a los supervivientes que el Holocausto no ocurrio, que no es invención suya o mera propaganda. Y cuando estos supervivientes nos dejen, tendremos estas fotografías y películas para que lo ocurrido no caiga en el olvido.

Otros documentos gráficos complementarios:

Documental (1º parte de 6):

Mauthausen.El Convoy de los 927 

 

Documental:

Mauthausen, el deber de recordar

  Documental (intro)

Intro - Mauthausen, una mirada española 

 

Testimonio de un superviviente.




miércoles, 16 de enero de 2013

La otra versión

Antonio García Alonso estuvo en Mauthausen en el Departamento Político de Mauthausen. Trabajo en el laboratorio fotográfico del campo junto con Boix. Antonio García Alonso siempre ha contado otra versión de cómo las fotografías se salvaron. Según Antonio García, Boix entro en el laboratorio por recomendación suya al Ricken, el oficial nazi encargado del laboratorio.

La versión de Antonio García se contradice con la de Boix, García dice que fue el junto con un prisionero polaco llamado Graboswki quienes escondieron las fotografías y los negativos de los nazis, que Boix llego al laboratorio mucho después que ellos empezaran a esconder negativos en un archivo secreto dentro del propio laboratorio. García cuenta que cuando el cayo enfermo, Boix aprovecho para robar el archivo secreto y sacar las fotografías del campo, aribuyéndose el mérito, añadiendo también que Boix no tenía una intención altruista respecto a los negativos, si no que Boix, una vez finalizada la guerra, quiso vender las fotografías y negativos a los franceses simplemente por obtener un beneficio económico.





Antonio García siempre ha defendido esta versión, la cual se ha publicado en distintas revistas y entrevistas, así como en los libros “Le Triangle Bleu” escrito por Manuel Razola y Mariano Constante Campo, lo cuales también estuvieron en Mauthausen, también aparece esta historia en la publicación “Los olvidados” de Vilanova. Sin embargo, David W. Pike, en su libro “Spaniards in the Holocaust” desmiente esta versión afirmando que García negó ser fuente de Vilanova.

La versión de García tiene algunas contradicciones. García nunca hablo de negativos, siempre dijo que Boix le había robado las fotografías. Además, García hablaba de un número muy inferior de fotografías que el escondío a las que luego Boix saco del campo.

También cabe destacar que el propio Boix afirmo haber sacado del campo mas de 20.000 imágenes, cuando las que se conservan en la actualidad ronda el millar ¿acaso una exageración de Boix?.

Sin embargo la versión de García parece estar ligada a los celos que este sentía por Boix, llegándole a acusar incluso de mofarse del fusilamiento de 48 presos yugoslavos.

El preso número 9.003




Jacinto Cortes García tuvo un importante papel en cuanto a las pruebas fotográficas de los juicios de Nuremberg. 
Jacinto, junto con su padre y su hermano, todos ellos republicanos, pasaron a formar parte del llamado grupo Poschacher. El grupo Poschacher no era si no un comando de presos españoles (no mas de 50 hombres) que la dirección del campo “alquilaba” como mano de obra a la empresa Poschacher, la cual precisaba de mano de obra para explotar una cantera propiedad de la empresa.


Algunos integrantes del comando Poschacher.

A los presos de este grupo se les permitía bajo vigilancia salir del campo para ir a trabajar a la cantera de Poschacher, la vigilancia era mas relajada en la cantera de la empresa que en el campo nazi, lo cual permitía a los presos mas libertad de movimiento y algunos de ellos trabaron amistad con los habitantes de la zona.
Debido a esta mayor libertad y a que Boix temía que los guardias pudieran encontrar los negativos y fotografías que escondía, Jacinto acepto esconderlos fuera del campo, en un lugar seguro hasta que acabase la guerra.
Jacinto como miembro del grupo Poschacher en sus salidas diarias del campo al lugar de trabajo había trabado amistad con la familia Pointier, los cuales tenían una granja en las cercanías. Jacinto, que sabía que la señora Pointer era contraria a los nazis, le pidió que escondiese los negativos en su granja, a la cual esta acepto. 
Gracias a Jacinto y a la señora Pointer, se salvaron la mayor parte de los negativos que Boix salvo, tanto de las visitas de altos cargos nazis, como de las torturas, experimentos médicos, etc. Mas tarde, estos negativos y fotografías que Jacinto escondió fueron junto con los testigos el grueso de las pruebas contra los nazis en Nuremberg. 




La familia Pointner junto con Jacinto en la granja donde escondieron los negativos.

El preso número 5151:
http://www.diariodesevilla.es/article/entrevistas/708156/cuando/llegue/mauthausen/le/dije/mi/amigo/olvera/estamos/jodidos.html

sábado, 12 de enero de 2013

Enfermedad y muerte de Boix

Boix residió en París entre mediados de 1945 hasta 1951, año de su muerte. No llevó precisamente una vida tranquila, pues a pesar de sus múltiples viajes, su salud era débil y tuvo que realizar varias curas de reposo y largas estancias en hospital.

Boix trabajó en Francia como reportero de publicaciones de tipo comunista como la revista Regards, o los periódicos Ce Soir y L'Humanité. Cubrió todo tipo de informaciones, política, deportes, etc. Cubrió la guerra civil griega, viajó a Argelia, Praga, Budapest, y siguió el Tour de Francia entre otros encargos. 

Boix cubrió el Tour de Francia en varias ocasiones.
Esta foto es del verano de 1948 [JS]


Su salud no era estable, y a veces se encontraba muy delgado, y otras más fuerte. No obstante, su carácter  dinámico parecía impedirle llevar una vida relajada. El paso por los campos de concentración, mal alimentado y siempre en estado de peligro, minaron su salud, haciendo que su muerte llegase demasiado pronto, solo cinco años después de salir de Mauthausen.

Boix era consciente de que le costaría superar su estado de salud, aunque solía mostrarse alegre y optimista normalmente. Sentía además que no tendría mucho futuro, que no podría tener mujer o una familia como algunos de sus amigos. Sus pensamientos giraban en torno a la idea paradójica de haber superado la experiencia de vivir en un campo de concentración nazi, y poco tiempo después, morir joven en un hospital de París. 

Francisco Boix fue enterrado en París, en el cementerio de Thais, un municipio al sur de la capital, en un entierro con pocos asistentes, pues sus compañeros comunistas trataban de ocultarse por miedo a la expulsión del país. 

En su lápida se puede leer en francés: "Francisco Boix-Campo. Deportado en 1941 al campo de Mauthausen a la edad de 20 años. Fallecido el 7.7.1951 a consecuencia de su deportación. [Demostró] un gran coraje al sustraer a los SS unos documentos fotográficos abrumadores para los nazis que impusieron el sistema concentracionario [L'Amicale] de los Deportados de Mauthausen"

Historia de una pancarta

"Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras" Pancarta en español, inglés y ruso. Foto Boix [AMP]

Santiago Bonaque, declaró para Le Patriote Résistant, la idea que surgió entre sus compañeros presos españoles de la organización clandestina de presos en el campo de Mauthausen: "Preparar una banderola saludando la llegada inminente de nuestros liberadores" El texto, además aparecía en ruso y en inglés, puesto que no sabían cuál de las dos tropas aparecería a liberarlos. Según Bonaque: 
"Constante, que estudia ruso de su amigo Iván, comandante del ejército soviético, hace la traducción. Yo, que tenía como profesor de inglés a Robert Corbin hice la traducción al inglés. (...) Reflexionando sobre quién podría ser el colaborador eficaz pensé en mi amigo Frances Teix, número 5041, dibujante de oficio y pintor en el campo, antiguo capitán del ejército popular español. Yo lo había conocido en el islote Y del campo de Barcarés donde, en tanto que dibujante, colaboraba con él en la confección del periódico manuscrito que allí se hacía. El había llegado a Mauthausen poco después que yo y pronto tuvo toda nuestra confianza, pues fue incorporado a la organización clandestina. La propuesta fue aceptado rápido tanto por mis camaradas responsables en el campo como por Teix mismo"
El campo había sido abandonado por las SS el 3 de mayo, y la vigilancia del campo queda en manos, puertas para adentro, del Comité Internacional de Presos.

Teix, protegido por sus compañeros, comienza a trabajar en una pancarta de 20 metros de largo en los lavabos del bloque 11. En la siguiente cita, Bonaque cede en ocasiones la palabra a Teix:
"El ruido de cañonazos se intensificaba y los tiroteos cada vez más nutridos se aproximaban a medida que avanzaba la mañana. (...) La confección avanzaba también. A la hora de la comida, las banderas [norteamericana, soviética y británica] estaban terminadas, los textos en inglés y ruso ya inscritos y el título en español estaba comenzando. De repente, el camarada del observatorio anunció a grandes gritos la llegada de los tanques; quedaba por terminar la última palabra en español, liberadoras. De cuatro brochazos, muy deprisa, pero de forma clara, Teix acabó su trabajo. Ya eran más de la una."
Teix, junto con sus compañeros, colocaron la pancarta sobre la balaustrada que daba al interior de la Appellplatz.

"En ese momento se produjo una explosión de alegría y cuando los tanques entraron en el campo, el alborozo general estaba en su paroxismo.
Miembros de las primeras patrullas americanas entran
 en el patio de los garajes de Mauthausen. Foto Boix [AMP]
El primer grito de alegría partía del techo del crematorio. El observador que estaba allí apostado se puso a gritar: ¡Ya llegan, son los tanques! Algunos detenidos que se encontraban muy cerca y oyeron los gritos del observador mientras veían a Corona correr con la pancarta, empujados por su deseo de ver también ellos los tanques, se alzaron sobre el techo unos tras otros. En pocos minutos, de quince a veinte se encontraban sobre este puesto de observación elevado, agitando unos sus 'Mützen' [gorras de presidiario], otros su chaqueta, improvisando de esta manera el más fantástico de los ballets. Se saludaba así a los que nos traían la libertad tan intensamente esperada, tan profundamente deseada durante cuatro años y medio que pasaron en el campo de Mauthausen muchos españoles salvados de este infierno nazi."

La llegada de los americanos

Un blindado entra en la Appellplatz de Mauthasen.
Foto Boix. [MHC]
El pintor Francesc Teix Perona (Barcelona, 1904), junto con otros españoles, se encargó de pintar una pancarta para dar la bienvenida a los americanos que les librarían del campo de concentración de Mauthausen. Esta pancarta se colocó a la entrada del campo, entre dos torres. 

La llegada a Mauthausen de la primera patrulla de reconocimiento americana se produjo el 5 de mayo de 1945, por la tarde, no obstante, pasadas unas horas, regresaron a los puestos de mando de la XI División Blindada del III Ejército americano. 
Expectación y alegría en la Appellplatz abarrotada de presos.

Los que en ese momento ejercían como guardianes del campo daban muestras de voluntad por entregarse a las tropas americanas como prisioneres, pues consideraban que recibirían un mejor trato que en caso de entregabarse a los soviéticos, cuyas posiciones también eran cercanas a Mauthausen. Así pues, una larga columna de prisioneros desarmados, compuesta por los últimos guardianes del campo, caminó sin vigilancia hacia el lugar indicado por los americanos.

El 6 de mayo será cuando las tropas americanas dirigidas por el coronel Seibel lleguen a Mauthausen para hacerse cargo de él. Mientras tanto, entre la primera y la segunda llegada de los americanos, el campo había quedado en manos de los presos que aprovecharon para armarse. El Comité Internacional trató de mantener el orden, pero durante aquellas horas  reinó el caos en el lugar. Además persistía el miedo a un posible regreso de los SS, ya que algunos de ellos se habían refugiado en casas de un pueblo cercano al campo. Estas circunstancias hicieron que se destacasen grupos armados de SS en el pueblo y en puntos como el puente del ferrocarril sobre el Danubio.




El 66º aniversario de su liberación:
http://armhex.blogspot.com.es/2011/05/66-aniversario-de-la-liberacion-del.html




De esclavos sin derechos a guardianes del campo


En mayo de 1945, los frentes soviético y americano se iban acercando cada vez más al campo de concentración de Mauthausen. Por aquel entonces el III Reich ya había caído. Las SS huyeron del campo de concentración a principios de aquel mes. Los presos quedaron a cargo de la policía austriaca de Viena y de los bomberos y miembros del Volksturm, una tropa auxiliar. El cambio se produjo durante la noche, sin que los presos fueran conscientes de ello, por tanto, a la mañana siguiente sen encontraron con que sus guardianes habían sido sustituidos.

Grupo de españoles pertenecientes a las Juventudes Socialistas
Unificadas con banderas y pancartas en contra de Franco. 

Foto Boix. [Colección Ramón Milá]
En Mauthausen, se había organizado de forma clandestina un comité formado por representantes de presos de las nacionalidades más numerosas entre los recluido de Mauthausen. Incluso hubo SS que se relacionaban con ellos para darles un trato favorable y confabularse en ocasiones contra los altos mandos militares del campo de concentración. En el momento de liberación de Mauthausen fue cuando este Comité Internacional de Presos se hizo completamente visible.

Mientras tanto, habían seguido realizándose asesinatos en el campo de concentración de presos enfermos que se encontraban hacinados en deplorables condiciones, que realmente eran más mortíferas que las cámaras de gas. Incluso después de la liberación del campo, un alto ritmo de muertes diarias (cerca de 200) se seguía produciendo con motivo del hacinamiento de personas.

Tras la huida de las SS,  los presos prepararon también una organización de tipo militar, por temor a la vuelta de estos u otras fuerzas y un posible exterminio masivo. Se dedicaron pues a defender Mauthausen con armas robadas de forma clandestina meses atrás. 



jueves, 10 de enero de 2013

Transcripción de las declaraciones de Boix en los juicios de Núremberg


Tras la salida de los campos de concentración y su llegada a París, Boix da a conocer las fotos del campo de Mauthausen en la revista cercana al Partido Comunista “Ce Soir”,  la cual dedica un número especial a las fotografías. La revista “Regards” también publica en 1945 un reportaje sobre el campo de concentración, en la cual la foto de portada era una de los presos españoles trabajando. En 1945 fue publicado también el libro Mauthausen, de Paul Tillard, en que no se hace especial referencia a Boix a pesar de que en él se muestran algunas de sus fotografías.
Fuera de Francia, se publicó un libro por la dirección del Partido Comunista checo que contenía numerosas imágenes de Boix, al que tampoco se le hace referencia a pesar de que él mismo se las proporciono a los editores.
Esta notoriedad mediática hace las autoridades francesas consideren que Boix puede ser un testigo de gran interés para los juicios de crímenes de guerra que se estaban preparando.
El proceso de Nuremberg fue quizá el juicio que más expectación mundial despertó, ya que trataba a la cúpula dirigente.
A continuación exponemos algunas de las declaraciones de Boix durante las sesiones del juicio de Nuremberg.


BOIX: Esto es una mascarada hecha con un austriaco que se había evadido. Era carpintero en el garaje; pusieron una caja en la que pudo meterse y así salir del campo. Pero al cabo de un tiempo fue capturado. Lo han puesto en la carretera que servía para transportar cada día a los muertos al crematorio; había unos carteles en alemán que decían “Alle Vögel sind schon da”, “todos los pájaros están de vuelta”. Fue condenado, paseado delante de diez mil deportados; había una orquesta de gitanos que, durante todo ese tiempo, tocaba aires de Játtendrai. Cuando fue colgado, se balanceaba a causa del viento que hacía y tocaban una música muy conocida que se llama Bill Black Polka.
DUBOST: La siguiente.
BOIX: Esto es la mascarada. A izquierda y derecha se ve a todos los deportados en fila. Los que están a la izquierda son los españoles, más bajos. El que va delante, con el sombrero, es un criminal de Berlín llamado Schultz, al que empleaban para estas mascaradas. Al fondo se ve al hombre que va a ser colgado.

BOIX: Este hombre, prisionero de guerra ruso, ha recibido una bala en la cabeza. Lo levantaron para hacer creer que era un suicidio y que quería lanzarse encima de la alambrada.

BOIX: Esta otra foro representa los judíos holandeses. Es la barraca cinco, llamada de cuarentena. Los judíos eran obligados, el mismo día de su llegada, a lanzarse a las alambradas, porque se daban cuenta de que para ellos no había ninguna esperanza de salvarse.

DUBOST: ¿Qué es esta foto?
BOIX: Es un judío cuya nacionalidad ignoro. Lo metieron en un tonel lleno de agua hasta que no pudo más. Lo molieron a palos y le dieron diez minutos para colgarse. Usó su propio cinturón para hacerlo; de otro modo sabía lo que le podía esperar.

BOIX: […] tan pronto como los priosioneros de guerra rusos entraron en el campo vimos que estaban muy debilitados, ya no podían ni siquiera oír. Eran despojos humanos. En ese momento los ubicaron en barracas, a razón de 1.600 por barraca. Cabe destacar que se trataba de barracas de siete metros de ancho por cincuenta metros de largo. Carecían de ropa, de la poca ropa que tenían consigo, sólo pudieron conservar un calzón y una camisa. Hay que subrayar que era el mes de noviembre. En Mauthausen hacía más de diez grados bajo cero.
En el momento de su llegada ya hubo 24 muertos, solamente durante la subida de cuatro kilómetros que separa la estación del campo de Mauthausen. Al principio siguieron con ellos el mismo sistema que con los republicanos españoles; nos dejaron primero sin hacer nada, sin trabajar. Los dejaron tranquilos, pero casi sin nada que comer. Al cabo de algunas semanas ya estaban al final de sus fuerzas. Entonces comenzó con ellos el sistema de exterminio. Se les hacía trabajar en condiciones espantosas, aporreados, pegados, vejados; y al cabo de tres meses, de 7.000 prisioneros de guerra rusos venidos de todas partes no quedaban más de 30 supervivientes. Estos 30 supervivientes fueron fotografiados por Paul Ricken para un documento, y yo soy quien tiene estas fotos, para poder enseñarlas si los señores magistrados lo desean.




jueves, 3 de enero de 2013

El campo




Mauthausen, a diferencia de Auschwitz-Birkenau, no se construyo como campo de exterminio, sino como campo de trabajo. En el se esperaba que los presos trabajasen hasta morir de agotamiento. Fue a partir de 1941, con la llegada de presos judíos,  donde se empezaron a usar cámaras de gas y otros métodos para ejecutar los presos.

Mauthausen-Gusen, estaba constituido por 60 subcampos dependientes de Mauthausen, con una dotación de 10.000 guardias. De los cientos de miles de presos que pasaron por Mauthausen y sus subcampos se estima que la mitad no sobrevivió, siendo los trabajos forzados y las torturas la mayor causa de muerte.

Solo uno de cada tres españoles que pasaron por el campo salió con vida de este. Francecs Boix fue en parte un afortunado, pues sus conocimientos de fotografía hicieron que le destinasen al departamento político y de identificación del campo, alejándolo de los peores trabajos.


186 escalones




La temida escalera de Mauthausen. Para entrar y salir de la cantera los presos tenían que pasar por la escalera a lo largo del día, cargados con enormes piedras. La escalera la habían construidos los mismos presos de la que se decía que debajo de cada losa de cada peldaño estaba la sangre de uno o varios presos.



Esta no tenía ninguna seguridad a la que hay que sumar a los pies descalzos de los presos, los escalones resbaladizos en días lluviosos, el peso de las piedras, la debilidad física de los presos, la aglomeración en ella, e incluso perros guardianes que a veces eran azuzados contra los presos. Fue una de las primeras causas de muerte del campo.

Los verdugos: Capitán Bachmayer



Georg Bachmayer fue en su juventud un carpintero bávaro que acabo alistándose en las SS, concretamente en un regimento creado para la custodia de los campos. Así fue como en 1940 llego a Mauthausen bajo las ordenes de Zieres.

Desde el principio Bachmayer fue considerado como el ogro del campo debido a su extrema crueldad con los prisioneros, mas aún si estos eran españoles a los que al parecer despreciaba, siendo el causante directo de la muerte de muchos de estos.

En 1943, se le asigno la comandancia de un nuevo campo subordinado al de Mathausen, el campo de Ebensee cuya función en un principio fue la de preparar las instalaciones para fabricar bombas V-2 y en el que los presos de Mauhausen construirian grandes túneles con picos.

Cuando en 1944 se le reasigno al campo de Mauthausen, Bachmayer comenzó a tratar mejor a los españoles, mientras centraba sus torturas en prisioneros de otra condición, quizás temiendo el final de la guerra y poder evitar los juicios o escapar a España.

Murió en mayo de 1945 en un tiroteo, se había escondido en el Tirol junto con su familia a la que asesino antes de que tropas americanas pudieran detenerlo.

Prisionero obligado a ahorcarse

miércoles, 2 de enero de 2013

Los verdugos: Franz Ziereis



Franz Ziereis, que tras varios fracasos laborales y haber pasado  por el ejercito de la república de Weimar,  formo parte de las SS desde 1937, pronto se convenció de los ideales arios ascendiendo rápidamente hasta llegar a ser nombrado comandante del campo de Mauthausen-Gusen en febrero de 1939.

No trataba mucho con los prisioneros, pero era famoso entre estos por sus poses altaneras, “el Pavo” era conocido por los españoles. “ El Pavo”dirigió durante 6 años el que fue el 2º campo de concentración mas grande de la Alemania nazi, siendo responsable de ordenar y permitir a los verdugos  los millares de muertes y torturas que hubo en el.

Tras la liberación de Mauthausen, huyo a las montañas de Austria, con su familia, pero fue descubierto y herido en un tiroteo para ser capturado por los americanos, que lo llevaron al hospital de Gusen. Allí el propio Boix fue testigo del interrogatorio antes de que muriese debido a las heridas. Fueron sus antiguos presos quienes lo colgaron de las alambradas del campo.

El testimonio de Boix como testigo del interrogatorio a Zeis, sirvió mas tarde para sentar en el banquillo a varios de sus subordinados de las SS que estuvieron en Matahusen y para confirmar las visitas al campo de altos dirigentes nazis como Himmler.



Heinrich y Himmler en la cantera de Mauthausen.
Sus victimas:
http://www.forocomunista.com/t4667-pruebas-listado-de-espanoles-muertos-en-el-campo-de-concentracion-mathausen-gusen

De los campos de trabajo al stalag, las antesalas del infierno.



Los españoles que huyeron a Francia hacia el final de la Guerra Civil Española, fueron confinados en campos por el gobierno francés. Solo podían salir de ellos de dos formas, volviendo a España o trabajando en condiciones de semi-esclavitud para el gobierno francés. Cuando Alemania derroto a Francia, los españoles pasaron a ser presos en los Stalag, campos de prisioneros de guerra.

El camino de Boix fue justo este. Refugiado de guerra y confinado en un campo de refugiados en 1939,  "trabajador" en una compañía para el ejercito francés y prisionero de guerra de los alemanes en 1940 y finalmente apátrida en un campo de concentración nazi de 1941 a 1945 El fue uno de estos españoles que pasaron de tener todos los derechos de un prisionero de guerra bajo la convención de Ginebra, a perder todos sus derechos y ser un mero número en Mauthausen.

El motivo del porque los españoles perdieron la condición de prisioneros de guerra y fueron confinados en Mauthausen como apatridas se debió a que el régimen franquista negó como españoles a aquellos que habían huido a Francia.

Esa consideración de Franco cambio todo para estos refugiados, pues Alemania respeto a los prisioneros de guerra de la Europa occidental, hasta el punto de que hubo judíos que eran prisioneros de guerra franceses y no fueron enviados a los campos de exterminio.

Esta fue la insignia que porto Boix y el resto de españoles durante su estancia en Mathausen, el triángulo azul significaba inmigrante. Sorprende que aunque eran considerados como apátridas, llevasen una S en la insignia para identificarlos como españoles.



Algunos de ellos. Lista de fecha de Entrada en Mauthausen (1940).
http://www.ceibm.org/entrad40.html


Los verdugos: El carnicero de Mauthausen

Aribert Heim, fue un médico austriaco de las SS encargado de experimentar con los prisioneros del campo Mauthausen-Gusen. Sus atroces experimentos utilizando a los presos como cobayas le hicieron granjearse el apodo de “doctor Muerte”. Escapo para no ser llevado al los tribunales en donde testimonios de algunos españoles que habían estado en sus manos lo hubiesen llevado a la horca.

http://elpais.com/diario/2009/09/20/domingo/1253418755_850215.html