sábado, 12 de enero de 2013

Historia de una pancarta

"Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras" Pancarta en español, inglés y ruso. Foto Boix [AMP]

Santiago Bonaque, declaró para Le Patriote Résistant, la idea que surgió entre sus compañeros presos españoles de la organización clandestina de presos en el campo de Mauthausen: "Preparar una banderola saludando la llegada inminente de nuestros liberadores" El texto, además aparecía en ruso y en inglés, puesto que no sabían cuál de las dos tropas aparecería a liberarlos. Según Bonaque: 
"Constante, que estudia ruso de su amigo Iván, comandante del ejército soviético, hace la traducción. Yo, que tenía como profesor de inglés a Robert Corbin hice la traducción al inglés. (...) Reflexionando sobre quién podría ser el colaborador eficaz pensé en mi amigo Frances Teix, número 5041, dibujante de oficio y pintor en el campo, antiguo capitán del ejército popular español. Yo lo había conocido en el islote Y del campo de Barcarés donde, en tanto que dibujante, colaboraba con él en la confección del periódico manuscrito que allí se hacía. El había llegado a Mauthausen poco después que yo y pronto tuvo toda nuestra confianza, pues fue incorporado a la organización clandestina. La propuesta fue aceptado rápido tanto por mis camaradas responsables en el campo como por Teix mismo"
El campo había sido abandonado por las SS el 3 de mayo, y la vigilancia del campo queda en manos, puertas para adentro, del Comité Internacional de Presos.

Teix, protegido por sus compañeros, comienza a trabajar en una pancarta de 20 metros de largo en los lavabos del bloque 11. En la siguiente cita, Bonaque cede en ocasiones la palabra a Teix:
"El ruido de cañonazos se intensificaba y los tiroteos cada vez más nutridos se aproximaban a medida que avanzaba la mañana. (...) La confección avanzaba también. A la hora de la comida, las banderas [norteamericana, soviética y británica] estaban terminadas, los textos en inglés y ruso ya inscritos y el título en español estaba comenzando. De repente, el camarada del observatorio anunció a grandes gritos la llegada de los tanques; quedaba por terminar la última palabra en español, liberadoras. De cuatro brochazos, muy deprisa, pero de forma clara, Teix acabó su trabajo. Ya eran más de la una."
Teix, junto con sus compañeros, colocaron la pancarta sobre la balaustrada que daba al interior de la Appellplatz.

"En ese momento se produjo una explosión de alegría y cuando los tanques entraron en el campo, el alborozo general estaba en su paroxismo.
Miembros de las primeras patrullas americanas entran
 en el patio de los garajes de Mauthausen. Foto Boix [AMP]
El primer grito de alegría partía del techo del crematorio. El observador que estaba allí apostado se puso a gritar: ¡Ya llegan, son los tanques! Algunos detenidos que se encontraban muy cerca y oyeron los gritos del observador mientras veían a Corona correr con la pancarta, empujados por su deseo de ver también ellos los tanques, se alzaron sobre el techo unos tras otros. En pocos minutos, de quince a veinte se encontraban sobre este puesto de observación elevado, agitando unos sus 'Mützen' [gorras de presidiario], otros su chaqueta, improvisando de esta manera el más fantástico de los ballets. Se saludaba así a los que nos traían la libertad tan intensamente esperada, tan profundamente deseada durante cuatro años y medio que pasaron en el campo de Mauthausen muchos españoles salvados de este infierno nazi."

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