Boix residió en París entre mediados de 1945 hasta 1951, año de su muerte. No llevó precisamente una vida tranquila, pues a pesar de sus múltiples viajes, su salud era débil y tuvo que realizar varias curas de reposo y largas estancias en hospital.
Boix trabajó en Francia como reportero de publicaciones de tipo comunista como la revista Regards, o los periódicos Ce Soir y L'Humanité. Cubrió todo tipo de informaciones, política, deportes, etc. Cubrió la guerra civil griega, viajó a Argelia, Praga, Budapest, y siguió el Tour de Francia entre otros encargos.
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Boix cubrió el Tour de Francia en varias ocasiones. Esta foto es del verano de 1948 [JS] |
Su salud no era estable, y a veces se encontraba muy delgado, y otras más fuerte. No obstante, su carácter dinámico parecía impedirle llevar una vida relajada. El paso por los campos de concentración, mal alimentado y siempre en estado de peligro, minaron su salud, haciendo que su muerte llegase demasiado pronto, solo cinco años después de salir de Mauthausen.
Boix era consciente de que le costaría superar su estado de salud, aunque solía mostrarse alegre y optimista normalmente. Sentía además que no tendría mucho futuro, que no podría tener mujer o una familia como algunos de sus amigos. Sus pensamientos giraban en torno a la idea paradójica de haber superado la experiencia de vivir en un campo de concentración nazi, y poco tiempo después, morir joven en un hospital de París.
Francisco Boix fue enterrado en París, en el cementerio de Thais, un municipio al sur de la capital, en un entierro con pocos asistentes, pues sus compañeros comunistas trataban de ocultarse por miedo a la expulsión del país.
En su lápida se puede leer en francés: "Francisco Boix-Campo. Deportado en 1941 al campo de Mauthausen a la edad de 20 años. Fallecido el 7.7.1951 a consecuencia de su deportación. [Demostró] un gran coraje al sustraer a los SS unos documentos fotográficos abrumadores para los nazis que impusieron el sistema concentracionario [L'Amicale] de los Deportados de Mauthausen"